La elaboración de El Chaparral destaca por la vinificación y crianza independiente de cada parcela. Tras una maceración media de 20 días (8 de ellos en frío), el vino realiza la fermentación maloláctica y una crianza breve de 5-6 meses en barricas de roble francés y americano.
Se obtiene así un tinto de color cereza brillante, aromas equilibrados de fruta roja madura, matices de cacao fino y fondo especiado. En boca se muestra varietal, fresco, elegante y con taninos maduros, reflejando la delicadeza de la Garnacha más atlántica de España.
El Chaparral marida a la perfección con quesos de oveja, verduras a la plancha, arroces y pastas.
Ha obtenido altas puntuaciones de la crítica internacional, como los 92-93 puntos James Suckling y 90-91 puntos Parker en varias añadas recientes. Su elegancia inconfundible lo convierte en el compañero ideal para disfrutar de la cocina mediterránea o celebraciones especiales.